1. ¿Cómo o por quién fue tu primer acercamiento con la literatura? ¿Quiénes fueron los primeros autores que leíste? ¿Influencias?
En mi casa
de la infancia había una biblioteca chiquita, que era de mi viejo y la pusieron
en mi habitación. Un día estaba aburrido y empecé a leer esos libros. Había
muchos best seller, pero también estaba Bestiario,
de Cortázar y Teorema, de Pasolini
(que lo leí sin entender absolutamente nada; hace poco lo volví a leer y
tampoco entendí). El primer libro que leí entero era sobre el fin del mundo y
el triángulo de las Bermudas. No sé quién era el autor, pero el tipo suponía
que el fin del mundo era en el año 1999. Después a los nueve o diez años empecé
a comprarme unos libros de una colección que se llamaba Misterios sin resolver (o algo así): aliens, fantasmas, las
pirámides de Egipto, etc. Mis influencias (o, mejor dicho: los autores que leí
y me dieron ganas de escribir, porque creo que el término “influencia” supone
que leyendo al influenciado se van a notar las influencias) son muchos: Borges,
Bioy Casares, Cortázar, Bolaño, Levrero, Fabián Casas, James Ballard, Antonio
Di Benedetto, Salinger. Y cien más.
Empecé a escribir a los catorce o quince años. Creo que
la escritura vino a llenar algún tipo de vacío en la agenda de mis ratos de
ocio. Empecé a compartir lo que escribo cuando abrí mi blog, antes no se le mostraba
a nadie.
Si es un cuento, empiezo por una imagen o un diálogo y
después voy agregando otras cosas de ese tipo, aunque tampoco tengo tanta
cohesión. Las cosas salen cuando uno está receptivo, entonces cualquier dato de
la vida cotidiana te impulsa a escribir. Los textos para el blog, por una
cuestión de tiempo, los escribo los domingos. Durante la semana, mientras voy y
vuelvo del trabajo (o durante) van surgiendo frases o ideas y las anoto (tengo
un archivo en el bloc de notas en donde apilo boludeces de ese tipo). Después
se me ocurre un tema en especial y veo si esas cosas sueltas que se me
ocurrieron (o le afané a alguien) se pueden conectar con el tema elegido (o que
me parece interesante, tampoco es que “elijo”, siento la necesidad de escribir
sobre eso, que a veces tampoco es algo tan concreto). Y el domingo o el sábado
a la tarde escribo todo de un tirón. Habitualmente es así (aunque puede haber
excepciones, porque a veces escribo de una, sin saber muy bien qué). Escucho
música todo el tiempo menos cuando escribo, me desconcentra. El estado de ánimo
es indistinto, aunque River se haya ido a la B, yo intento escribir. Lo mejor
es escribir estando tranquilo y feliz. Escribo sobre cualquier tema: fútbol,
política, música, etc. El tema es una excusa para escribir, mucho más que la
política, el fútbol y la música, me interesa escribir.
4. ¿Y el proceso de corrección?
La primera vez que corregí en serio fue hace poco, cuando
tuve que preparar un libro que recopila textos del blog. Fue un proceso
bastante denso, no por la actividad en sí, que, como todo lo que tiene que ver
con la escritura, me parece interesante, sino porque te obliga a leer mil veces
lo que escribiste y lo interesante es leer a otros. Principalmente (tanto en
los textos del blog como en el caso del libro) busco que no haya muchas
palabras repetidas innecesariamente, que no haya cacofonías ni rimas (en un
texto en prosa queda muy feo). Ojo, a veces todos estos aparentes “errores” se
buscan adrede, uno puede apelar al mal gusto sin tenerlo (aunque en mi caso
apelo y lo tengo). Busco, de ahí a que pueda eliminar todo lo malo hay un largo
y sinuoso camino. Tengo varios problemas con los tiempos verbales, con ciertas
leyes gramaticales, con casi todo lo que es escribir correctamente, así que en
todo caso le pregunto a mi novia.
La verdad no me siento un constructor de nada, aunque me
gustaría serlo. La mayoría de los personajes son combos de distintas personas
(y personajes de ficción) y a partir de ese combo, naturalmente, el personaje
dice o hace cosas que coinciden con su forma de ser. Mis historias no requieren
de mayor explicación: hay un tipo o una tipa que tiene problemas. Y a partir de
ahí se van encadenando situaciones, pensamientos, monólogos, diálogos, etc.
Casi siempre divido los cuentos en capítulos cortos porque me resulta más fácil
escribir así.
6. ¿Qué autores estás leyendo en este momento? ¿Qué autor u obra que se suponía debía gustarte, no lo hizo? ¿Cuál te sorprendió?
Leo muchos libros a la vez y muy lentamente. En este
momento estoy leyendo novelas de Jorge Asís, muchos de sus libros, hace poco
terminé Carne Picada y ahora empecé
otra que se llama Cazadores de Canguros.
Al mismo tiempo leo Hablemos de langostas (un libro genial de ensayos de
David Foster Wallace, un yanqui que se suicidó en el 2004), Borges Profesor (transcripciones de sus
clases de literatura inglesa), Velcro y Yo,
de Martín Rejtman y El aliento del cielo,
que recopila todos los relatos de Carson McCullers. Paralelamente sigo con Trópico de Cáncer, un libro que me
encanta pero no sé por qué leo 50 páginas por año (lo empecé en el 2010). El
año pasado leí varias novelas de Onetti y no me gustó tanto como esperaba, pero
leí novelas enteras, entonces quiere decir que algo me gustó. En realidad
cuando no me gusta lo que leo, no puedo pasar de la página 3, no soy un lector
esforzado. El autor que me sorprendió fue Jorge Asís, probablemente porque está
totalmente subestimado.
Me considero un ejemplo nada original de esta época. Lo
que escribo es el resultado de un tipo que escribe mientras manda un mensaje de
texto, lee un libro, chatea y mira por la ventana. Eso se nota en la sintaxis,
en los tópicos de mis textos, en el vocabulario que utilizo, en todo. No lo
hago voluntariamente, sucede por fatalidad. Y me identifico con esta época, no
me veo en ninguna otra.
No soy muy afecto al concepto de idiosincrasia. Creo que
lo que tenemos en común quienes escribimos en Mar del Plata es una serie de
saberes que conoce todo el mundo: el 562
tarda mucho en venir, la carne en Toledo tiene gusto raro, etc. Nací en Mar del Plata y nunca viví en otro
lugar, tal vez por eso no puedo hablar de alguna diferencia con otras ciudades
porque para hacerlo necesitaría la distancia o por boca de terceros. Mar del
Plata me encanta. Me gusta la Avenida Colón al fondo, cerca del mar, en
invierno y desierta.
No soy de leer muchos autores vivos o recientes. No lo
digo con orgullo, es una cuestión de comodidad: existiendo Borges, Nabokov y la
perspectiva del tiempo, se hace difícil elegir a otros. Creo que a nivel local
hay una gran movida de poetas, pero eso sucede en todas las ciudades porque los
poetas se encuentran. Eso no pasa ni con los ensayistas ni con los novelistas
ni con los cuentistas. En cambio, siempre hay grupos de poetas. No podría
hablar por ejemplo de la narrativa marplatense o proyectar un panorama sobre la
literatura de acá, porque no conozco mucho y tampoco se puede elaborar un
juicio en base a cuatro, cinco o diez escritores.
No sé si tengo un suceso personal o acontecimiento
histórico que me haya hecho cambiar mi forma de escribir (aunque desde que
empecé cambié mucho e incluso veo cambios recientes). Creo que la intervención
es permanente y tiene que ver con leer y escribir todo el tiempo, pero eso está
relacionado estrictamente con la escritura, en realidad se me hace difícil
pensar algo para-textual que haya incidido.
Me gustaría que le pase todo eso junto.
Mar del Plata, departamentos, monitores, botellas de Coca
Cola, angustia, la nada, oscuridad, sol, viajes en micro.
13. Alrededor del escritor se construye cierta atmosfera mística, hay quienes se salvan, quienes se alimentan, quienes mueren, quienes hacen de ello algo cotidiano o algo extraordinario. Étiemble sostenía que el placer poético podía tener un origen fisiológico, de índole muscular y respiratorio (volviendo a la respiración) siendo una manera de unirnos al mundo, participando del ritmo universal. ¿Qué lugar tiene la escritura en tu vida? ¿Qué es lo que buscás/encontrás en ella? ¿Qué es para vos, desde tu cuerpo en relación al mundo?
La escritura para mí, por más ingenuo que suene, es el
lado bueno de la vida. Escucho gente que escribe y tiene una relación muy
tirante con eso, tal vez porque espera mucho de sí mismo o le tiene mucho
respeto a la palabra escrita o no tiene problemas en la vida cotidiana y puede
perder el tiempo en boludeces. Mi caso es totalmente distinto: la escritura es
entretenimiento, ejercicio mental, relax, felicidad, comunicación, etc. Eso no
quiere decir que me parezca algo superficial, nada que ver, es probablemente
una de las cosas más importantes de mi vida pero por suerte es puro placer. No
es que no espere nada o no le tenga respeto a la palabra escrita, es que hay
mucho tiempo para escribir y mejorar y si uno escribe para la mierda, no pasa
nada.
Eso es muy difícil así que voy a ir a lo obvio y elijo la
primera canción de Charly García que se me venga a la cabeza: “Ella adivinó”.
Agua mineral sin gas.
Joe Lie
1.
Su banda favorita era Badly Wounded Fish. Tenía Church Songs en vinilo y lo llevaba a
todos lados con ella. Durante una semana no dejamos de escuchar ese disco
mientras buscábamos figuras reconocibles en las nubes negras que veíamos a
través de la ventana. Eran días muy lluviosos y ella vivía en el piso más alto del
edificio Havanna. Hay un tema que me recuerda mucho esos tiempos:
I didn't tell you that I love you
True, I didn't tell you what I
think.
I didn't tell you I need you with me
forever
True, I am always wrong.
And if you don't come back, I will
be sad
True, I will be so sad
And if you don't come back, I will
feel alone
True, I will feel so alone
I didn't tell you what I want,
True, sometimes I'm impossible
I didn't tell you how hard it is for
me,
True, sometimes I'm a fool
And if you don't come back, I will
be sad
True, I will be so sad
And if you don't come back, I will
feel alone
True, I will feel so alone.
2.
“Me conformo con ser un actor de reparto en la road movie de
tu vida. Te lo digo porque sé que viajás mucho. Y lo escribo por mail:
personalmente nunca me animaría a decirte algo tan estúpido. Un beso”.
3.
-Chorrea y no salta.
-Es intermitente.
-No va a mil kilómetros por hora.
-No.
-La de mi novio corre en fórmula uno.
-La mía no siempre.
-Igual no importa, no es un conejo.
-...
-No importa, de verdad, me llama la atención, no sé qué es
lo que hace que algunas salten y otras chorreen.
-La terminación. Habría que llamar y preguntar en la
fábrica.
-Claro, la fábrica de Dios.
4.
“Creo que no entendés que ya terminó (…) No es que no
extraño nada de cuando estaba con vos. Hay cosas que echo de menos, pero ¿qué
le voy a hacer? Es mi decisión que no sigamos juntos. (…) Vos decís eso ahora,
pero yo estoy segura de que es mejor que no estemos más juntos (…) Y por favor
no me mandés más mensajes porque no te voy a contestar”.
“Te dije que no te voy a contestar más pero no puedo. Me
preguntás qué extraño y me pregunto de qué te sirve que te diga estas cosas (…)
Ya te dije que tenés que dejar el drama ¿y yo qué sé si nos vamos a volver a
ver en dos años? En todo caso qué me puede importar eso si vos me dejaste de
importar desde antes que decidiera cortar (…) Bueno, extraño el olor de tus
hombros, un olor diferente al resto de tu cuerpo. Extraño la manta escocesa que
tenías, esa marrón, toda rota, que la usábamos en invierno cuando hacía mucho
frío. (…) Extraño cuando cerraba los ojos y sacaba algún libro de la biblioteca
al azar, para que vos me cuentes de qué se trataba. Y siempre me los contabas
tan bien que me daban ganas de leerlo y antes de que llegues al final te decía
“No me lo cuentes, no me lo cuentes” y vos me contabas igual, pero era un final
que habías inventado vos en el momento, simplemente para irritarme, porque para
vos amar a la gente es irritarla. Y me enojé, ya me enojé, mejor no te escribo más”.
“Estoy viajando, me estoy yendo, estoy en la Terminal y no
te puedo contestar más, es como engañarlo, como llevar una vida paralela y no
me gusta. Si el caso fuera llevar una vida paralela con alguien nuevo, vaya y
pase, pero vos sos el pasado. Esto es lo último que te escribo. Chau
PD: No gastes tus pensamientos en mí. No creas que a miles
de kilómetros de distancia voy a estar pensando en vos. No existe un consuelo
de ese tipo. No creas que tenemos telepatía y justo a la misma hora vamos a
estar en pleno feedback mental. Nada que ver. Me voy a olvidar de vos en un
segundo”.
5.
1/05/200…
Y ayer conocí a quien creo es el amor de mi vida. Ya sé que
muchas veces acá mismo escribí que había encontrado al amor de mi vida pero
esta vez es verdad. Se mueve como nadie y quiero quedarme a vivir a su
alrededor. Quiero formar parte de sus cosas y más. Sus opiniones, sus
anécdotas, ya sean genialidades o cosas vulgares, son como efectos especiales
que estallan en mi cerebro. La quiero absolutamente, desde los pies a la cabeza
y sin ningún tipo de explicación. Su alma es visible. Le encuentro sentido
hasta al flequillo que a veces le tapa los ojos. Imagino su corazón en el medio
del tórax como una paloma abierta, gigante y roja. Latiendo. Cuando me despedí
estuve a punto de decirle algo, algo estúpido e ingenioso al oído que se me
ocurrió porque ella viajaba mucho. Ahora siento esa nostalgia ancestral porque
se fue. Me ocurrió por primera vez en el cumpleaños de un compañero de la
primaria, cuando tenía seis años. Los demás miraban una película para niños,
pero yo me la pasé abajo de la mesa con Sabrina, la chica que me gustaba. A
nosotros no nos gustaba esa película, la considerábamos aburrida. Hablamos
sobre cosas de adultos y cada tanto sacábamos la mano por el mantel y nos
servíamos papas fritas en un plato. Pero antes de tiempo, vinieron mis padres a
buscarme y me tuve que ir y la dejé, la dejé a Sabrina sola abajo de la mesa.
Cuando ese domingo por la noche me fui a acostar entendí algo, entendí algo de
la vida que no sé qué es pero es triste y me hace ser quien soy y es con
Sabrina mirándome sola en la oscuridad.
6.
“(…) Y con Damián hablamos muy seguido, casi todos los días,
a veces a toda hora, de la posibilidad de pedirle a alguien (¿el jefe?, ¿el
dueño del lugar?, ¿un encargado de mantenimiento?) que cambie el tubo
fluorescente porque no deja de titilar y nos hace mal a los ojos. Es absurdo,
¿entendés? Esa situación es completamente absurda, esos diálogos que tenemos
todo el tiempo son metafísicos, son irreales, son oníricos. Porque
verdaderamente no sabemos a quién decirle, no tenemos idea sobre quién debería
ser el responsable del tubo fluorescente (…) Ya sé que dije que no iba a
hablarte más y lo cumplo, lo cumplo cuando puedo, pero esto nadie lo
entendería, ni siquiera Joe. Miguel se rascaría la cabeza y después tal vez
querría cogerme, pero vos sí, porque a vos te interesan
esas cosas, te interesa cuánta plata pierde la gente en el mar en el verano, si
es posible que dos personas al mismo tiempo estén leyendo la misma frase del
mismo libro en dos lugares diferentes del mundo, adonde van los patos cuando
llega el invierno (…) Y creo que me enamoré de Damián y creo que voy a dejarlo
a Miguel por él y no sé por qué te lo cuento, no sé, la verdad no lo sé, porque
se supone que a vos te debe hacer mal que yo siempre me enamore de otro que no
sos vos (que justamente me amás y tan pendiente de mí estás), pero te lo
cuento. Y no podés contestarme este mail, no podés porque no está permitido,
porque te va a hacer mal y vas a salir perdiendo (…) No sé si seré egoísta, si
lo soy, perdoname, pero eras el único que iba a entender lo del tubo
fluorescente. ¿Damián lo entendería? ¡Por favor, de ninguna manera! Necesitaba
decírselo a alguien, a alguien, eh, así, ambiguamente, así, generalmente, a
cualquiera que lo entienda, si captaba a otro, a un desconocido que entendiera
de esto se lo decía. No te lo digo a vos porque sos especial o porque te
quiero, no quiero que te sientas especial (porque no lo sos) ni que pienses que
te quiero (porque no te quiero, ¡por favor, dios, ni siquiera te tengo en
cuenta en los más insignificantes detalles de mi vida, te mando mails
contándote que me enamoré de otro, otro que no sos vos, otros que ni siquiera
son Joe, son hombres comunes pero siempre mejores que vos, por favor no se te
ocurra pensar que hay posibilidades, que hay esperanza porque no hay nada, por
favor!). Y ya te lo dije pero lo repito: está prohibido contestarme, no me
interesa saber cómo estás, si te estás muriendo de leucemia (yo siempre pensé
que te ibas a morir de leucemia), si estás casado, si tenés hijos, si tenés
algo que decirme y de eso depende el funcionamiento normal del mundo: no me importa,
no es problema mío, arreglate solo. Por favor”.
7.
12/10/200…
Googleamos “facial”. Las bocas abiertas, la expectativa
absurda, los ojos que se entreabren para averiguar cuánto falta, los hombres
que instan a cerrarlos y tener la boca abierta. “Si no te vas a quedar ciega”,
dice un mexicano. Ella quiere ver todos los videos. Al principio es divertido.
Después me aburro. Después me da miedo. Me tiro en la cama y me quedo dormido.
Estuvimos toda la noche discutiendo sobre el amor y la vida y no doy más. Me
despierto dos horas después, ella permanece sentada frente al monitor, desnuda.
Se da vuelta y dice:
-Ser mujer es igual a ser un perro. Me di cuenta. No me
gusta. No quiero ser un perro. Quiero ser un hombre. Como Joe Lie. Vivir en él.
Y llora. Está loca, está para el manicomio. Que la vengan a
buscar.
8.
“Te robé una foto mientras llorabas encerrada en el baño:
tendrás quince años. Tu pelo corto hace que parezcas un muchachito hermoso.
Estás en una terraza de baldosas color bordó, repleta de tanques de agua.
Apostaría a que no es Mar del Plata porque el cielo de acá no es así. Con vos
miramos tanto el cielo (desde la ventana, desde el pasto) que me aprendí todos
los cielos de memoria. Me los enseñaste porque viajaste mucho, por todo el
mundo, de chiquita con tu papá y de grande sola o con novios o con amigas o con
cualquier persona que no fuera yo. Todavía no te crecieron las tetas. Te reís
con cara de boba. Atrás tuyo, borroso, aparece un amigo. Vos no lo sabés, pero
sos el amor de su vida. Vos sos el amor de la vida del 85 por ciento de los
hombres que te conocen. El resto son putos o imbéciles”.
9.
Antes de irse, se sentó en la mesada de la cocina: tenía
algo muy importante para decirme. Era lo más importante de su vida. Nadie lo
sabía. Dijo que años atrás, mientras estaba en París con su padre, una noche se
escapó del Hotel. Dijo que el cielo estaba lleno de estrellas. Que presentía
que algo extraño iba a suceder. Algo extraño y hermoso. Que el aire era el que
se respira en los sueños. Que los franceses por la calle parecían
tridimensionales. Hasta que apareció Joe Lie. Ella todavía no sabía que ese
tipo era Joe Lie. Ella dice que Joe Lie estaba perdido. Ella dice que Joe Lie
le dijo que para ser tan chica era toda una mujer. Y eso fue todo lo que
alcanzó a entender. Joe Lie murmuraba o bostezaba y hablaba un inglés
hermético. Ella dice que sintió miedo y excitación. Joe Lie era delgado y muy
alto. A ella le fascinaron sus ropas. Nunca más vio a una persona vestir tan
bien. Tenía la elegancia del típico gentleman inglés. Ella dice que mientras
caminaban no podía dejar de palparle las solapas de su saco celeste y gris. Joe
Lie se mostraba feliz de estar en su compañía pero parecía preocupado por algo.
Una hora después, Joe Lie se sentó en un banco: estaba cansado y tenía la vista
extraviada. Ella no supo qué hacer, por única vez en su vida no supo qué hacer.
Joe Lie quería decir algo pero balbuceaba. Ella le acarició el pelo y Joe Lie
hundió el rostro en sus tetas. Y lloró, supone ella porque no sabía qué
decirle. Cada tanto levantaba la vista y ella adivinaba en sus ojos toda la
tristeza del mundo. Pero era demasiado tarde, si no volvía a tiempo su padre la
mataría. Joe Lie seguía llorando pero además estaba concentrado en sus tetas.
Ella lo dejó hacer un rato hasta que le dijo que tenía que irse. Se lo dijo en
castellano. Joe Lie no entendió absolutamente nada y preguntó “¿What?” dos o
tres veces. “¿What?”. Fue como dejar a un niño abandonado y nunca se lo
perdonará. Ella regresó al Hotel y se metió en la cama. Estaba húmeda e
inquieta. Ya no era la misma, Joe Lie la había cambiado y algo pasaba por su
cuerpo. Y lo que pasaba era el amor. Y resulta que el amor era fuerte, era
irrepetible y muy doloroso.
10.
Al año siguiente miraba videos en MTV, tirada en el sillón.
De pronto aparece Joe Lie. Es el líder de una banda llamada Badly Wounded Fish.
Le habla a ella a través de una canción hermosa: le dice que no le dijo que la
amaba, que siempre se equivoca, que si no regresa será muy triste, que a veces
es un hombre imposible, que a veces es un hombre muy tonto.
11.
Poema para Joe Lie
“A veces me acuerdo de Joe Lie,
de nuestro amor,
de todo lo que pasamos juntos.
Pienso que mientras tocaba
con los Badly Wounded Fish
en estadios de fútbol,
en festivales europeos multitudinarios,
él siempre pensaba en mí.
Miles de chicas morían por él,
pero el pensaba en mí
y no puedo concebir cómo fui tan tonta
de no ir a buscarlo y tirarme a sus pies
para decirle algo así como:
Joe,
soy yo, volví,
no sos tonto,
no sos malo,
solamente no sabés pensar rápido
cuando estás frente
a la chica que te gusta,
es algo que le pasa a muchos hombres,
Joe,
no tenés que llorar por eso,
no era necesario que me escribieras una canción,
no era necesaria que te deprimieras,
no era necesario que te pegaras un tiro en la boca”
12.
“¿Te acordás lo que te dije en el mail después de la primera
vez que salimos? A vos te gustó mucho. Pero ahora me di cuenta de que fue un
error: yo no quería ser un actor de reparto, yo quería ser el protagonista”.
Martín Zariello
Martín reside en Mar
del Plata (Argentina), ciudad en la que nació el 30 de octubre de 1984. Estudió
Letras. Este año Puente aéreo Ediciones publicó su primer libro, que recopila
distintos textos de su blog www.ilcorvino.blogspot.com, relacionados con el
rock, y La Bola Editora publicó un libro de sus cuentos, La luna y la muralla china.
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