1. ¿Cómo o por quién
fue tu primer acercamiento con la lectura y con la poesía? ¿Quiénes fueron los
primeros autores que leíste? ¿Tus influencias?
Creo que mi primer acercamiento a la literatura fue a los
cinco años. No sabía leer pero pedí que me compraran un libro de poesía, quizás
lo había escuchado en algún lado y me llamaba la atención. Me regalaron,
entonces, un libro de poemas para chicos
de Elsa Bordemann. No me acuerdo del libro porque se perdió en alguna
mudanza. En la adolescencia me encantaba
Gotán de Juan Gelman. Después comencé a comprar ediciones viejas de los diarios
de poesía que salían cinco pesos y ahí descubrí a Marosa di Giorgio. Me compré
inmediatamente los papeles salvajes. A
través del diario, también descubrí a Gambarotta, a Ingeborg Bachmann, a
Alejandro Rubio, y a un montón de gente. Lo que me gustaba lo intentaba conseguir,
y así iba leyendo poesía.
2. ¿Cómo surge la
necesidad de escribir? ¿Cuándo comenzás a compartirlo con el lector
desconocido?
Surge a cualquier hora del día y en cualquier lado. A veces
voy en el colectivo y pienso en cosas que quiero escribir. Entonces las anoto
en el celular y después llego a casa y las escribo. Antes usaba cuadernos.
Ahora sólo uso la computadora. Creo que comencé a compartirlo cuando me hice un
blog a los 17, o quizás antes no me acuerdo.
3. ¿Cómo es el
proceso de tu escritura? Desde que aparece y se atrapa la idea o la imagen
inicial del poema ¿Algún momento en particular del día, estado de ánimo?
¿Música o silencio? ¿Qué sensaciones, qué temas te impulsan a escribir?
No sé es difícil precisar eso. A veces se me ocurren versos
sueltos, y los que me parecen que “están buenos” los rescato y construyo el
poema con eso. Otras veces, también me sirven imágenes o pequeños relatos.
También las cosas que alguien dice en la tele o en la calle. Algo que me cuenta
un amigo, o algo que leí. Siempre, además, pienso en cinco o seis poemas que en
algún momento me volaron la cabeza, como por ejemplo uno de Marosa Di Giorgio
que está en Mesa de Mermelada. Los uso de alguna manera como modelos de
referencia para escribir los poemas propios, como una especie de mala copia que
se repite.
4. ¿Y el proceso de
corrección?
Leo los textos muchas veces y me voy fijando en lo que hace
ruido o molesta. Otras veces les he pasado los textos a mis amigos y corregimos
grupalmente o nos mandamos la corrección por Word en colores. Que te corrija
otra persona es muy copado, porque siempre el otro nos hace ver cosas que
nosotros no podemos ver. Está re bueno, porque de algún modo nos ordena un poco. Los textos del blog no los corrijo
casi nada, pero ya eso es otra cosa. Hay poemas que no los corregí nunca porque
no tuve ganas y quedaron ahí, pero en general corrijo porque vale la pena.
5. La voz del poeta.
Leí a un poeta comentar “cuando siento que es mi voz la que sale, prefiero
borrarla. Busco una voz extraña, que no sea la mía” ¿Cómo se comporta tu voz,
sube a la superficie, se sumerge?
No sé si tengo una voz. Escribir es inventar, decir
mentiras, pero también decir cosas que nos pasan o nos pasaron. Cada uno
escribe como puede. Para mí, en ese sentido, es importante la experiencia. No
sé si es posible borrarla, porque siempre aparece.
6. ¿Qué autores estás
leyendo en este momento? ¿Qué autor u obra que se suponía debía gustarte, no lo
hizo? ¿Cuál te sorprendió?
Estoy leyendo No leer de Alejandro Zembra, Nunca seré
millonario de Antolín, y Políticas de la literatura de Ranciere. Me sorprendió
Lo que la gente hace de Marina Yuszcsuk. No me sorprendó mucho La proximidad
del amor de Tracy Emin, sin embargo, tampoco me pareció malo.
7. La poesía, como
toda manifestación artística, es un reflejo de su época y la realidad en la que
vivimos interfiere en la creación. ¿De qué manera influye en tu escritura? Si
no es así ¿Con qué espacio y tiempo se identifica?
No sé, no estoy de acuerdo con la idea de que el arte sea
“reflejo” de una época. Más bien, creo que lo que existe es un clima de época
que se puede compartir o no, y por eso a veces da la sensación de que se
escriben cosas “parecidas”. Es claro que lo cotidiano puede influir en la
escritura, no sé como, porque a veces las referencias son bien implícitas o
están completamente desplazadas. A menos que se me ocurra escribir un poema
sobre la Cámpora
justo ahora, o un poema como el de Cucurto sobre Néstor Kirchner. Ahí quizás se puede leer un
“momento actual” pero a pesar de eso, también hay otras cosas.
8. En nuestra ciudad,
el mar, la costa, el borde ¿Creés que
hay una identidad entre autores que comparten un espacio en común? ¿Cómo es tu
historia y relación con Mar del Plata? ¿Cuál es tu lugar o punto preferido de la ciudad?
No nací en Mar del Plata y vine a vivir de grande. Me parece
una ciudad genial, estoy agradecida de tener la playa cerca. Es difícil figurar
una identidad marplatense, porque es una ciudad que funciona un poco como
rejunte. La mayoría de mis amigos son de otros lugares y cayeron de repente
acá, porque claro, es una ciudad copadísima para vivir. Quizás se esté formando
una identidad que yo no puedo ver. Es, creo, una ciudad con muchos músicos. Y
de a poco van apareciendo espacios, como por ejemplo, mundo dios.
Mi lugar preferido son los acantilados.
Mi lugar preferido son los acantilados.
9. ¿Cómo ves la
poesía actual, a nivel local y nacional? ¿Algún autor para recomendar?
La veo bien. Hay un
montón de gente escribiendo, tanta, que se hace difícil llegar a todo el mundo.
No me interesa mucho esa teoría apocalíptica de que la poesía está pasando por
un momento decadente. Me parece una boludez. Siempre aparecen cosas geniales.
Acá o en cualquier lado. Recomiendo a Federico Leguizamón y a Luciana Caamaño,
pero podría hacer una lista inmensa.
10. Hay
acontecimientos que incentivan, otros que bloquean y hacen que luego notemos
una evolución o un click en nuestra escritura ¿Cuáles fueron esos sucesos
históricos personales o externos que intervinieron en su obra hasta ahora?
En mi caso, creo que
lo que me ayudó a escribir fue leer mucho a los 19 0 20, y generar curiosidad a
partir de eso. Leer cosas que me volaran la cabeza y decir “yo quiero escribir
así”. Yo quería escribir igual a Gambarotta, por ejemplo. Me copié
sistemáticamente en ese momento. Escribí cosas horribles de más chica. Creo que
se borraron cuando se rompió la computadora. La verdad me alegro de que se
hayan borrado aunque todavía tengo cuadernos. Tampoco sé si ahora escribo
“bien”. No puedo entender lo que significa “escribir bien”. Me alegro de que se hayan borrado todos esos
archivos, aunque también pienso que es necesario probar y todo eso está muy
bien.
11. Olga Orozco decía
que el tono particular de su poesía se debía a su propia medida de respiración.
El autor le imprime una musicalidad propia. Siempre al escribir está presente
la cadencia de nuestra voz y cuando alguien oye leer al poeta, esa voz puede
acompañarlo por el resto de las lecturas en el papel. La respiración del texto puede llevar al
lector a respirar con él. Hay personas que no pueden seguir el ritmo a una
lectura, se quedan sin aire, a otros les queda resto, ¿Cómo quiere dejar al
lector si sigue su respiración, con aire de sobra relajado mirando el mar,
practicando algún arte marcial ancestral, filtrándolo de a poco para degustar
mejor, sin aire por haber corrido un colectivo?
Una vez intenté leer
a Olga Orozco y me aburrí, no tengo paciencia. Pero a muchas amigas les gusta
mucho. Debe ser una poeta genial. Es verdad que los autores imprimen
musicalidad al leer sus textos ¡Federico Leguizamón lee al rítmo del reggaeton!
No sé como hace pero le sale bárbaro. Matías Moscardi lee cada uno de sus
poemas de distintos modos y con distintos tonos. No sé si tengo un lector, en el caso de
tenerlo, me gustaría que se ría, que se yo.
12. Si bien todos
podemos hablar de los mismos temas, cada autor crea una galaxia en la que
florece una simbología personal, que aparece y se acentúa y se repite para
generar un propio lenguaje y lugar común donde sentarse a observar y sentir con
él. Si tuviera que visualizar su obra en un collage, ¿Qué elementos de su obra
no faltarían? Puede nombrar paisajes, objetos, sensaciones, situaciones
concretas, texturas, colores…
No faltarían los gatos, los novios, los animales, las
plantas, algunos objetos como cuadros y muebles, el mundo del trabajo, los
amigos, las drogas, la música, los textos que más me gustan, y los familiares
que están chiflados. Puf que enumeración.
13. Alrededor de la
poesía y del escritor se construye cierta atmosfera mística, hay quienes se
salvan, quienes se alimentan, quienes mueren, quienes hacen de ello algo
cotidiano o algo extraordinario. Étiemble sostenía que el placer poético podía
tener un origen fisiológico, de índole muscular y respiratorio (volviendo a la
respiración) siendo una manera de unirnos al mundo, participando del ritmo
universal. ¿Qué lugar tiene la escritura en tu vida? ¿Qué es lo que
buscás/encontrás en ella? ¿Qué es para vos, desde tu cuerpo en relación al
mundo?
A mí me gusta
cocinar. Me gusta mucho y me concentro. De la misma manera, me gusta escribir.
No creo que sea algo transcendental.
Sencillamente escribo y punto. En relación al placer, hay textos que
pueden originar placer, como los cuentos de la rosa mística de Marosa Di
Giorgio que son medio pornos, o algunos textos de O. Lamborghini que suben la
temperatura de inmediato. Ahora bien, hay textos que ocasionan todo lo
contrario, como por ejemplo Benito Perez Galdós.
14. ¿Madera, fuego,
tierra, metal o agua?
¡Metal! Ya que soy
Caballo de metal en el horóscopo chino.
15. Te pido un tema,
disco, banda o lo que gustes para dejarnos con tus poemas al pie de la
entrevista…
¡Me gusta mucho Grimes y The Knife!
1
Candela hoy me llamó desde EE.UU. Estaba arriba de un camión
yendo a Oklahoma, y me dijo que había muchas montañas con picos nevados.
También me dijo que el camión se había quedado sin frenos en una pendiente, y
que había hecho pis en una taza de café. Comió y se bañó en una estación de
servicio para camioneros que se llama LOVE. Candela está haciendo una vida
literaria sin estar dentro de la literatura. Las personas que están “afuera de
la literatura” tienen vidas más interesantes y mejores ideas. Candela es
beatnik pero no le importa porque está viajando con su novio en un camión y
llevan como carga jugo de arándanos.
2
La vida es tan aburrida que por eso la gente escribe. Pasan
diez días y hay tan pocas cosas para decir. Cara a cara con tus amigos te
cuentan una historia “por favor decile al parquero que plante las plantas de
primavera” o “no se olviden del maní, no conseguimos droga esta vez”. Estoy
como para sentarme afuera, hoy que hace calor, y decir: hasta acá llegué,
manejen mis destino y listo.
3
La casa propia
Mi novio está comprando los objetos que tendrá su futura
casa. Todavía no alquiló ninguna pero se está preparando para el futuro.
Mientras tanto yo lo acompaño y sueño con tener la casa propia. Pero la casa
que él tendrá no será de los dos, será sólo de él, y a pesar de que me incluye
en algunas decisiones (la elección del sillón o de la lámpara) siento que me
pone ciertos límites que quieren decir esto: “voy a compartir mi casa con vos
cuando yo quiera, y acordate de que va a ser mi casa y no la tuya”. Son los
mensajes que se esconden dentro de los mensajes ¿eso significa que me va a
poder echar? Sí, significa exactamente eso ¡todos somos tan egoístas!
No importa, pienso. Se puede hacer el canchero con su casa
todo lo que quiera. Pero algún día tendré mi casa y no la compartiré con nadie.
Me preguntará: ¿puedo ir? Y yo le voy a decir: “No, hoy no. A la noche o cuando
no esté tan ocupada”. Voy a llenar la casa de chicas y de tantas plantas que no
va a poder pasar y pensará ¿vive en una selva?
Flavia Garione
Nació en Capital Federal en 1990. Publicó Museo Local en
Sacate el Saquito (2012). Algunos de sus poemas también están en El muchacho de
los helados (2011, Buenos Aires) y Metrópolis (2010, Guadalajara). Participa en
la organización de Festival de poesía, de acá, Mar del Plata y codirige el
sello editorial Luz Mala. Adminístra el blog
http://www.tengogatitosbebes.blogspot.com
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